COMUNICACIÓN
ASERTIVA
Qué es la comunicación asertiva
La comunicación asertiva se refiere a un estilo de
comunicación que es abierto, honesto y directo. Esta táctica de comunicación
directa se puede utilizar para expresar opiniones e ideas, tanto positivas como
negativas. Un ejemplo de comunicación asertiva podría ser decirle a un
compañero de trabajo que desapruebas su propuesta y describir tus razones del
por qué de forma directa, pero respetuosa.
Respetar y expresar aquello que necesitas, sientes
y piensas y obrar en consecuencia, sin pasividad o agresividad.
A veces lo llamamos “saber decir las cosas” o en el
otro extremo, “no dejarse avasallar”, y nos referimos normalmente a ser capaces
de pedir lo que es nuestro, sin necesitar pasar por encima de nadie ni dejar de
decir lo que realmente pensamos por miedo a la reacción. Habrá quien piense que
estamos hablando de una postura egoísta, de soltar aquello que nos venga en
gana y desentendernos de las consecuencias. Nada más lejos de su significado.
Examinar los propios intereses y estimar en qué
medida deben ser respetados. No es un capricho momentáneo, sino lo que
realmente quiero.
Usos
La comunicación asertiva puede ser muy útil en las
relaciones profesionales e interpersonales. Comunicarse de forma asertiva puede
ser benéfico en un ambiente profesional. Permite que te acerques
pragmáticamente a la toma de decisiones de una forma sensata con autoridad y
respeto. También te da la oportunidad de apegarte a ti mismo y continuar con lo
que quieres. Una comunicación más pasiva puede colocarte como tapete de alguien,
mientras que una comunicación excesivamente agresiva puede disminuir la
voluntad de las personas de cooperar. La comunicación asertiva también te puede
ayudar con tus relaciones interpersonales. Frecuentemente con la familia y
amigos sentimos que debemos evitar lastimar sus sentimientos. La comunicación
asertiva proporciona una oportunidad de tratar directamente los conflictos de
una forma lo suficientemente respetuosa como para mostrar que te importa, pero
lo suficientemente intensa como para mostrar que hablas en serio sobre reparar
los problemas en el momento.
- Observar la
conducta específica del otro y determinar su estilo de comportamiento.
- Gestionar los
sentimientos frente a los demás para no tener conductas agresivas o
pasivas. Al saber cómo es quien tengo delante, puedo comprender cómo le va
a sentar aquello que yo le diga.
- Ponerse en el lugar
del otro y tratarlo asertivamente, aunque él no se comporte de igual
manera. No entrando en juegos ni dinámicas que nos alejen de nuestro
objetivo.
- Sentir autoestima,
estar seguro de que lo queremos y nos lo merecemos.